sábado, 3 de marzo de 2018

El globo que quería volar

Érase una vez, un cachito de plástico que vivía en una bolsa rodeado por sus hermanos. Él era de color azul, pero su familia tenía todos los colores del arco iris, y vivían juntos colgados de un expositor, hasta que un día, un chico joven vino y se los llevó de la tienda.



La casita de la araña

Érase una vez, una araña grande y gorda, que vivía en una casita de muñecas. La dueña del juguete era una preciosa niña de larga melena castaña, que se llamaba Carmela y a la que le encantaba jugar con las miniaturas del hogar de la araña.

lunes, 6 de noviembre de 2017

El burrito "Calcetines" y el pozo


Érase una vez un precioso burro, al que su dueño quería mucho. Lo cierto es que iban juntos a todas partes. Así que un buen día, ocurrió que el dueño, que de profesión era campesino, decidió salir a dar una vuelta por sus tierras, que eran muy extensas, y se llevó a su burrito “Calcetines”.



viernes, 27 de octubre de 2017

La rosa aventurera



Érase una vez, una flor blanca. Se trataba de una rosa de pequeños pétalos inmaculados, toda ella blanca perlada, casi era un capullo porque todavía no se había abierto del todo. Y esta rosa, había nacido en un cuento, un maravilloso cuento en el que habitaban brujas y príncipes. Pero la rosa, que siempre había estado en el cabello de la pequeña Cenicienta, quería algo más, porque el mundo no podía limitarse sólo a ver cómo ésta hacía las labores del hogar, o iba a fiestas.


El mundo escondido


¡Las vacaciones han llegado! Por fin, ya no toca estudiar, además Rodrigo había aprobado todo y por fin tocaba pasar las dos semanas en La Parra con los abuelos. Sus padres no podían acompañarle, porque trabajaban, le recogerían al fin de esas dos semanas y así podrían ir todos jutos a la playa. 


Plim y Flo

Un buen día nuestro amigo Plim estaba tocando la flauta, algo nada raro. Os recuerdo, era un duende de orejas puntiagudas, con largo pelo naranja, aunque su coronilla estaba totalmente lisa y reluciente como una bola de billar. Vestía un traje verde con chaleco, era tal y como imagináis, un duende del bosque.

Plim y la oruga triste

Érase una vez un pueblo muy bonito al que los vecinos llamaban La Parra. En este pueblo veraneaban unos hermanos, Paula y Álvaro, que tenían 10 y 7 años respectivamente.